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Sophia 37: 2024.
© Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador
ISSN impreso:1390-3861 / ISSN electrónico: 1390-8626, pp. 221-254.
La losofía como una continuación por medio de la tarea educativa
Philosophy as a continuation through the educational task
¿Por qué la deliberación debe ser considerada primaria, incluso para la
educación pública, cuando la oportunidad para la mayoría de los ciuda-
danos de vivir una buena vida requiere muchas más habilidades y vir-
tudes básicas, como la aritmética, la alfabetización y la no violencia? La
deliberación no es una sola habilidad o virtud. Requiere habilidades de
alfabetización, aritmética y pensamiento crítico, así como conocimiento
contextual, comprensión y apreciación de las perspectivas de otras per-
sonas. Las virtudes que encierra la deliberación incluyen la veracidad, la
no violencia, el juicio práctico, la integridad cívica y la magnanimidad.
Al cultivar estas y otras habilidades deliberativas y virtudes, una socie-
dad democrática ayuda a asegurar tanto la oportunidad básica de los
individuos y su capacidad colectiva para hacer justicia (p. XIII) (traduc-
ción del autor).
La cita plantea la primacía de la deliberación en la educación pú-
blica, argumentando que, a pesar de la necesidad de habilidades básicas
como la aritmética y la alfabetización, la deliberación no debe ser descar-
tada. Más bien, se sostiene que la deliberación va más allá de una simple
habilidad técnica, abarcando múltiples capacidades cognitivas y virtudes
éticas fundamentales para una sociedad democrática. La deliberación no
solo requiere competencias como la alfabetización y la aritmética, sino
también habilidades de pensamiento crítico y la capacidad de compren-
der y valorar diferentes perspectivas. Además, implica la práctica de vir-
tudes como la veracidad, la no violencia, el juicio práctico, la integridad
cívica y la magnanimidad, las cuales son esenciales para la vida democrá-
tica y la justicia social (Fenichel Pitkin, 1984).
En el contexto educativo, cultivar estas habilidades y virtudes de-
liberativas no solo prepara a los individuos para participar activamente
en la vida democrática, sino que también fortalece la capacidad colectiva
de la sociedad para abordar problemas de manera justa y equitativa. La
educación pública, al priorizar la deliberación junto con las habilidades
básicas, promueve un entorno donde los ciudadanos no solo pueden de-
sarrollar sus capacidades individuales, sino también aprender a colaborar
y resolver conflictos de manera constructiva (Honneth, 2013). Este enfo-
que no solo busca garantizar la oportunidad básica para todos los indivi-
duos de vivir una buena vida, sino que también contribuye a la formación
de ciudadanos informados y éticamente comprometidos, fundamentales
para el funcionamiento saludable de una democracia robusta y participa-
tiva (Biest, 2013).
El análisis del desarrollo y la evolución de la filosofía de la educa-
ción, aunque un término discutible, revela un campo de estudio que, si
bien es teóricamente rico, a menudo muestra deficiencias significativas