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Sophia 37: 2024.
© Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador
ISSN impreso:1390-3861 / ISSN electrónico: 1390-8626, pp. 311-333.
Procesos de aprendizaje y repercusiones desde el artesanado para la educación social y popular
Learning processes and repercussions from handicrafts for social and popular education
tural. Para Acaso (2009), el arte, la educación y la cultura son formas de
conocimiento e intelecto asociadas con procesos mentales que permiten
aprender con las manos y con la cabeza (el intelecto).
En el campo de la dimensión artística se recupera la importan-
cia del artesanado y se la sitúa a la par del arte (Sennett, 2008; Tolstoi
2019). El artesanado como oficio y práctica es detonante de un diálogo
de saberes, que propone un modelo de formación intercultural, que no se
agota en los contextos artesanales, sino que trasciende hacia contextos de
formación institucionalizados, desde donde se pueden aprender procesos
colaborativos inherentes a la esencia del ser humano y que recaen en el
campo de los valores, las sensibilidades y la estética del arte. Por ello es
que la mirada artística y artesanal podría ser considerada como estrategia
clave para la formación del profesorado y del alumnado, sean estas en
contextos formales o no formales (Loureiro Sanjuán, 2020). Para lograrlo,
es necesario que la educación artística y artesanal deje de ser considerada
un cúmulo de experiencias manuales, divertidas, marginales y periféricas
o como asignaturas comodines o residuales que no constituyen un cono-
cimiento útil (Acaso, 2009; Hernández, 2010).
Por su parte, la interculturalidad como proyecto educativo y social
es un desafío que, además de compartir experiencias, situaciones, recuer-
dos o deseos (Tubino, 2022), implica situaciones y ejercicios que “conlleva
a un diálogo entre sujetos que hablan de sus memorias y planes, de sus
necesidades y deseos, de sus fracasos y sueños, es decir, del estado real
de su condición humana” (Fornet Betancourt, 2006, p. 34). La educación
intercultural desarrolla e incorpora objetivos nuevos y más amplios, es-
pecialmente los que tienen que ver con otras capacidades, habilidades,
valores y actitudes que no son nuevas, sin embargo, han sido relegadas al
espacio periférico de la escuela como institución social. Al respecto, For-
net Betancourt (2006) desafía al modelo educativo que precede del social
y reflexiona sobre: el papel de los artistas y los educadores, el conoci-
miento místico-ancestral, las racionalidades y las dimensiones humanas
como los sentimientos y emociones que atraviesan la educación y están
presente en el desarrollo evolutivo de las personas.
Lo intercultural se desdibuja como un enfoque socioeducativo que
potencia los rasgos culturales que tienen los sujetos para identificarse,
hablar, decir, expresarse verbal, corporal y socialmente (Aguado y Mata,
2017) en una sociedad diversa y diferente. Validando de esta manera los
conocimientos y saberes que cada persona trae consigo y dan forma a una
gran estructura social. La diversidad, en ese sentido, representa una fuen-
te de enriquecimiento que construye puentes entre el yo y el otro.