MISCELÁNEOS
Armando hart y sus
claves metodológicas para la enseñanza del marxismo
Armando Hart and his
methodological keys for the teaching of marxism
Yenisey López-Cruz[i] yenisey@uo.edu.cu
Universidad de Oriente, Santiago de
Cuba, Cuba
https://orcid.org/0000-0003-2985-0933
Lídice Duany-Destrade [ii] lidiced@uo.edu.cu
Universidad de Oriente, Santiago de Cuba, Cuba
Sophia, Colección de Filosofía de la Educación, núm. 35, pp. 281-302, 2023
Universidad Politécnica Salesiana
2023.Universidad Politécnica Salesiana
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Fecha
de recepción del documento: 13 de septiembre de 2022
Fecha
de revisión del documento: 5 de diciembre de 2022
Fecha
de aprobación del documento: 10 de diciembre
de 2022
Fecha
de publicación del documento: 15 de julio de
2023
DOI:
https://doi.org/10.17163/soph.n35.2023.09
Resumen
Armando
Hart Dávalos (1930-2017) fue uno de los intelectuales que reconoció la validez
del marxismo cuando el mundo hablaba de su “crisis”. Realizó valoraciones sobre
los errores cometidos en la asunción de esta teoría. Además confirmó su
utilidad para formar individuos con un pensamiento crítico capaces de
cuestionar el mundo contemporáneo. Sus reflexiones son válidas para interpretar
y transformar los complejos escenarios sociales que caracterizan la realidad. A
pesar de ser distinguido como uno de los marxistas más lúcidos, no abundan los
estudios en torno a sus reflexiones. De ahí que este trabajo pretenda revelar
las claves metodológicas que se identifican en su pensamiento. Las que resultan
necesarias para la interpretación y la utilización del marxismo en calidad de
recurso educativo para formar al hombre encargado de cambiar su contexto. Los
resultados obtenidos señalan como claves esenciales: el reconocimiento de la
esencia antidogmática del marxismo, el electivismo como instrumental
teórico-metodológico para pensar y hacer praxis política, el papel determinante
de la producción material, sin desdeñar el papel activo del aspecto subjetivo y
la incidencia de la espiritualidad en la política, la relación entre cultura y
política, y el reconocimiento del carácter relativo de todo conocimiento
asociado a los procesos políticos y sociales.
Palabras clave: Armando
Hart, marxismo, enseñanza, filosofía, Cuba, claves.
Abstract
Armando
Hart Dávalos was among the intellectuals who recognized the validity of Marxism
when the world was talking about its “crisis”. He made assessments about the
mistakes made in the assumption of this theory. He also confirmed its
usefulness to form in the subjects cultural tools that enable critical thinking
and the ability to question the contemporary world. Its reflections are valid
for interpreting and transforming the complex social scenarios that
characterize reality. In spite of being distinguished as one of the most lucid
Marxists, there are not many studies about his reflections. Thus, the present
work aims to reveal the methodological keys that are identified in his thought.
These keys are necessary for the interpretation and use of Marxism as an
educational resource to train the man in charge of changing his context. The
results obtained point out as essential keys: the recognition of the
anti-dogmatic essence of Marxism, electivism as a theoretical-methodological
tool for thinking and doing political praxis, the determining role of material
production, without disdaining the active role of the subjective aspect, the
importance of spiritual life as an essential theme of political life, the
relationship between culture and politics, and the recognition of the relative
nature of all knowledge associated with political and social processes.
Keywords:
Armando Hart, Marxism, teaching, philosophy, Cuba, keys.http//orcid.org/
0000-0003-3952-9457
Forma sugerida de citar: López-Cruz,
Yenisey & Duany-Destrade, Lídice (2023). Armando Hart y sus claves
metodológicas para la enseñanza del marxismo. Sophia, colección de Filosofía de
la Educación, 35, pp. 281-302.
Introducción
Para
establecer una sociedad saludable es imprescindible formar sujetos históricos
racionales, críticos y previsores. Los que, ante los desafíos actuales,
encaucen la libertad personal en función de cuestionar y transformar la
sociedad a favor de una vida digna. En esta tarea tienen un rol importante los
centros de Educación Superior. Instituciones donde se forman los futuros
profesionales que deben contribuir a crear un desarrollo humano sostenible y
una cultura de paz (UNESCO, 2021; Sánchez, 2011).
Entre
las asignaturas que favorecen la misión de las Universidades de educar e
instruir se encuentra la Filosofía. Para la enseñanza de esta materia se debe
recurrir a todo el arsenal teórico que define el constructo de las naciones. A
todos los sistemas y pensadores que hayan resultado útiles para interpretar y
transformar los contextos, en correspondencia con las urgencias epocales. Pero
particularmente aquellos que, como definió Escalona Delfino, se convierten en
“permanencias ideológicas”, en tanto “[….] pervivencias o permanencias
transhistóricas de las utopías sociales [….]”1.
En
el caso de la historia de las ideas cubanas, Armando Hart Dávalos legó un
pensamiento valioso para entender el presente y proyectar el futuro de Cuba y
del mundo. Sin embargo, sus ideas han sido poco sistematizadas. La Historia ha
recogido más su accionar en la lucha insurreccional. Y en el imaginario popular
es recordado por ser el primer ministro de Educación y Cultura del Gobierno
Revolucionario, y como promotor martiano. Como demuestran López y Duany (2022),
aun cuando muchos intelectuales han destacado sus aportes teóricos, existe un
vació que convida a emprender estudios desde las ciencia sociales donde se
evalúe su pensamiento en sus dimensiones y en su unidad orgánica.
En toda la documentación generada por este intelectual martiano durante su práctica revolucionaria, se descubre un pensamiento marxista. Si con la debacle del socialismo europeo comienza a subestimarse esta teoría, Hart (2005) se erige como defensor de la misma. Reflexiones que al decir de Duany (2020), resultan valiosas en tiempos en que se habla de crisis del marxismo y se desmerita su valor como ciencia y teoría para la acción, a favor de la construcción de un mundo de justicia social.
La
comprensión del pensamiento de Marx, Engels y Lenin por Armando Hart le
posibilitó establecer la utilidad práctica y metodológica del marxismo. Desde
este criterio, desarrolló en su concepción demostraciones y reflexiones
críticas acerca de esta teoría como método potenciador de capacidades
intelectuales y prácticas sociales necesarias en la formación de los
profesionales cubanos. Su pensamiento constituye una síntesis, actualización y
revitalización de la misma en función del proceso de formación del sujeto de la
transformación social. Y sellan sus aportaciones al pensamiento marxista
revolucionario cubano.
Por
lo que estas reflexiones constituyen claves necesarias para la enseñanza de la
filosofía en las aulas universitarias. Convirtiéndose en recursos educativos
para motivar, dinamizar y actualizar los contenidos no solo de esa asignatura,
sino de toda la disciplina del marxismo. Una de las que se encuentra definida
en el currículo base de las carreras universitarias cubanas, según el Documento
Base para el diseño del Plan de Estudio E, elaborado por el Ministerio de
Educación Superior (2016).
Todo
lo anterior permite identificar como problema científico la carencia de un
tratamiento sistematizado sobre el pensamiento de Armando Hart Dávalos, a
través del cual se revelen los aspectos que, como recursos educativos, son
valiosos para formar sujetos históricos comprometidos con sus contextos desde
la disciplina del marxismo.
El
objetivo de este artículo es revelar las claves metodológicas que se
identifican en el pensamiento de Amando Hart Dávalos. Las que en calidad de
recurso educativo, desde la disciplina del marxismo, son valiosas para formar
al hombre encargado de cambiar su contexto. Entre las que se identifican como
medulares la asunción del electivismo como instrumento teórico metodológico y
la comprensión dialéctico materialista de los procesos sociales.
La
investigación se desarrolla a partir de un enfoque dialéctico materialista,
apoyado en el paradigma hermenéutico para interpretar y analizar los textos2.
Durante su desarrollo se utilizaron como métodos científicos el histórico
lógico, el analítico-sintético, el inductivo- deductivo. Todos útiles para
cumplir con el objetivo de este escrutinio científico.
El
resultado de la investigación se ha organizado en dos momentos. Parte de
evaluar el comportamiento de la enseñanza de la Filosofía en las Universidades
cubanas. Diagnóstico que permite reconocer como, a pesar de ser un contenido
neurálgico en la formación de los profesionales, ha enfrentado problemáticas
que afectan el cumplimiento de sus objetivos instructivos y educativos.
El marxismo en la formación de los
profesionales cubanos
La
educación superior se enfrenta cada vez más a fuertes retos. Como apunta Yanes
(2016), la complejidad del mundo actual está urgida de individuos capaces de
interpretar los contextos a partir de leyes generales, que permitan penetrar en
la esencia de los procesos y fenómenos que ocurren en la naturaleza, la
sociedad y el pensamiento. Potenciar en las universidades, dentro de las
materias a impartir los contenidos de la asignatura de Filosofía, favorece la
formación de un pensamiento complejo, crítico, racional y radical
(pp. 121-141).
Sin
embargo, en contraposición con esto señala Orozco (2015), se percibe una
tendencia a disminuir la presencia de la filosofía y al reduccionismo de su
contenido en el diseño curricular (p. 326). Hoy se habla de disminuir el
tiempo lectivo de esta materia para ampliar los contenidos propios de la
profesión. Para Pupo (2004), hoy se desconoce el valor práctico incalculable de
este saber sintético-integrador, que ofrece un corpus teórico útil no solo para
entender la relación del hombre con el mundo, sino para transformarlo (p.1).
La
filosofía ofrece al sujeto presupuestos teóricos útiles para transformarse a sí
mismo y reedificar su contexto. Determinado por las condiciones materiales de
vida y resultado de la evolución del conocimiento humano; no es algo intemporal
y abstracto, sino que constituye expresión de su época. En correspondencia con
lo anterior su evolución histórica se caracteriza por ser un proceso de
continuidad, ruptura y superación. Muestra de la ascensión del proceso del
conocimiento humano, de su propia esencia y de sus vínculos multifacéticos con
la realidad.
En este sendero de desarrollo del quehacer filosófico
universal, el Marxismo constituyó un momento especial de superación y ruptura.
Representó una revolución en el pensamiento, caracterizada fundamentalmente por
la conversión de la filosofía en ciencia. Como apuntó Lenin (1980), su genio
estuvo “[…] en haber dado solución a los problemas planteados antes por el
pensamiento avanzado de la humanidad. Su doctrina apareció como continuación
directa inmediata de las doctrinas de los más grandes representantes de la
filosofía, la economía política y el socialismo” (p. 21).
Aunque
surge en Europa, es asumida en América Latina por una clase revolucionaria
presta a realizar transformaciones sociales radicales. Su asunción se ha
distinguió de otras regiones del mundo. Sánchez (2018) afirma que ha estado en
correspondencia con las luchas políticas revolucionarias en torno a posiciones
antiimperialistas, nacionalistas y patrióticas, frente a los problemas
políticos económicos, sociales y culturales generados por la globalización
neoliberal (Sánchez, 2018).
A
partir del 1º de enero de 1959 en Cuba se asume el marxismo como sostén teórico
y conceptual de toda la revolución naciente. Al explicar el proceso de
institucionalización y masificación del pensamiento marxista, González (2021)
señala que no dejó de ser complejo, particularmente por las polémicas
suscitadas entre dos posiciones enfrentadas. Una representada por quienes
apoyaron la total influencia soviética, y otra, la socialista cubana, que
abogaba por retomar el pensamiento socialista nacional histórico, pero sin
desechar al marxismo auténtico. En la enseñanza al decir de González (2021) se
institucionaliza el marxismo como “fundamento teórico general dentro del medio
académico, docente y de investigación”. Se impulsó la obligación de cursar en
todos los planes universitarios la filosofía y economía política marxista
(pp. 2-3).
En la actualidad la disciplina del marxismo pasa a formar
parte del curriculum base de todas las carreras universitarias. El Ministerio
de Educación Superior (Cuba, 2016) establece que su misión está en dotar a los
estudiantes de los presupuestos filosóficos, teóricos, metodológicos y
políticos-ideológicos que fundamentan la concepción científica del mundo; para
la interpretación práctico-revolucionaria de los complejos problemas del mundo
contemporáneo (pp. 17-18). Es la asignatura de Filosofía la primera en el
ciclo, le sigue la Economía Política y concluye con Teoría Política.
La
enseñanza de esta teoría no ha estado exonerada de errores y complejidades,
como lo señalan Ferrer et al. (2021). Desde
sus inicios y hasta la actualidad, factores internos y externos han coincidido
y afectado su aceptación y el cumplimiento de su misión social. Entre ellos el
tener un sistema de conocimientos desactualizados y la no problematización de
su contenido (pp. 55-62). La autora Carmen Julia Pulido (2018) hace un
análisis, a nuestro juicio acertado y objetivo, de las causas y como se expresa
la crisis en la enseñanza del marxismo. Es optimista cuando habla del futuro de
esta disciplina. Asegura que la solución está en recurrir a las armas
cognoscitivas que ofrece esta materia para evaluar los problemas
contemporáneos, las cuales constituyen nuestras propias fortalezas y que se
hallan en todo el pensamiento cubano. Hoy pobremente expuesto, y donde como
apunta Guerra (2010) puede encontrarse “un modo de pensar y vivir críticos
frente a las alienaciones originadas por los sistemas de dominio y exclusión”
(p.14).
A
finales del 2000 el Ministerio de Educación Superior emite la Resolución No. 83
en la que se aprueban modificaciones para las asignaturas de la Disciplina
Marxismo. Entre ellas los fondos de tiempo, el orden de precedencia, el
objetivo general y las indicaciones metodológicas. Entre las líneas de trabajo
se hace hincapié en la articulación del marxismo con las ideas más
revolucionarias de la nación (p. 5).
En
correspondencia con lo anterior apremia renovar los contenidos y enriquecerlos
desde la mirada de seguidores del marxismo que le han enriquecido a la luz de
las urgencias actuales. Tal es el caso de Armando Hart Dávalos.
Claves para enseñar el marxismo
Convenientes
en la impartición del marxismo, a juicio de las autoras, pueden asumirse como
recursos educativos dos claves que se advierten en el pensamiento de Hart: el
antidogmatismo y el electivismo. Ambas son efectivas para valorar toda la
producción teórica universal y nacional. Facilitando la asunción de las ideas
que han sido resultado de la aprehensión de individuos para transformar los
contextos socio históricos.
La
primera de las claves en la que debe apoyarse el docente que imparte la
disciplina del marxismo está en el reconocimiento de su esencia antidogmática.
Ante la denominada “crisis del marxismo”, Hart (2005) señala que este es un
cuerpo de ideas que no son “verdades eternas” o recetas, sino que orientan y
alientan hacia la liberación social del ser humano (p. 25). Apunta, que
fue concebido no solo como instrumento teórico para interpretar los diferentes
contextos y estudiar las realidades sociales y las tendencias económicas. Es,
sobre todo, un arma ideológica para la transformación revolucionaria, en un
hacer que implica además, su propio enriquecimiento. Este pensador tiene en
cuenta el principio materialista del análisis histórico concreto.
Entonces,
para Hart (2005) el marxismo es, y así lo asume, un método, un instrumento que
se revela como fundamento científico y filosofía de la praxis para la redención
humana. De esencia antidogmática. Caracterizado por “ser una espiral, que
obliga permanentemente y por razones de su propia naturaleza a analizar
comportamientos nuevos presentes en la vida real” (pp. 20-21). Reconoce
que la herencia cultural no puede ser desechada. El pensamiento filosófico y
social de Marx, Engels y Lenin debe ser estudiado de la mano de un análisis
socio histórico, pero atemperado para los días que corren. Esto es posible solo
porque el marxismo leninismo es una ciencia que brinda herramientas para
comprender una realidad no prevista por sus fundadores (pp. 20-21).
En
correspondencia con lo anterior, el antidogmatismo caracterizó el pensamiento y
el actuar de Hart. De esta manera deja para la Educación Superior una premisa
esencial, que perdura en sus líneas de trabajo:
Las universidades no pueden vivir al margen de sus
tiempos, pues corren el riesgo de verse envueltas como antes de la Reforma una
inercia infecunda. Para ello, tienen que insertarse ágilmente en las
actualizaciones del medio circundante, con flexibilidad y sin perder rigor,
como agentes impulsores del desarrollo, de lo nuevo, tienen que ser capaces de
asegurar las respuestas urgentes que el país demanda (Carreras, 2013,
p. 320).
Hart
(2005) convoca a releer las obras originales de los clásicos del marxismo, para
interpretar científicamente el complejo escenario que caracteriza la sociedad
humana en la actualidad (p. 21). Particularmente todas las contradicciones
y fenómenos sociales que hoy afectan al mundo debido a la unipolaridad, el
hegemonismo imperial, la globalización neoliberal y el impacto negativo de la
ciencia y la tecnología. Resulta también una teoría valiosa para comprender los
procesos revolucionarios que se han llevado a cabo en América Latina. En fin,
los aciertos y desaciertos de la izquierda americana. Entre ellos el fenómeno
nacionalista, el incremento de la productividad del trabajo en los países
capitalistas más desarrollados y la explotación neocolonial en el tercer mundo,
la revolución científico-técnica y su impacto, los fuertes antagonismos
sociales, la globalización y su incidencia en la cultura, el hegemonismo
imperial. Así como: las causas subjetivas de la desaparición del socialismo
europeo, las tendencias y líneas principales del capitalismo y su proceso de
decadencia, la contradicción entre imperialismo y neocolonia, despotismo
revolucionario, entre otros. Sin dejar de lado el valor para explicar la
experiencia cubana y los errores que no deben cometerse.
Siguiendo
la mirada de Hart (2005), el marxismo es indispensable en la formación
profesional. No solo como método científico para el estudio de la realidad,
sino también para transformar revolucionariamente la sociedad y lograr la
liberación humana (pp. 62-71).
A
los estudiosos y profesores de esta disciplina, Hart (2005) les recomienda
“relacionar las ideas expuestas por los clásicos con fenómenos objetivos
presentes en la sociedad y en la historia” (pp.19-29), y les alerta del peligro
de la enseñanza de esta ciencia a partir de los manuales. Criterio que está en
correspondencia con la posición asumida ante la polémica intelectual surgida a
partir de cómo enseñar el marxismo. Aseguró que para una mejor comprensión de
los filósofos y sus teorías era necesario alejarse de las interpretaciones y de
los manuales. Era imprescindible “ir a sus fuentes originales, para interpretar
y estudiar lo que realmente ha pasado, con vistas a orientar las acciones de
hoy y de mañana” (p. 20). Actuar en las aulas en correspondencia con esto
potencia en los estudiantes reflexiones críticas frente al aprendizaje
reproductivo.
Otra
de las claves está asociada al electivismo cubano. Hart (2014) asume el
electivismo como instrumento teórico-metodológico para pensar y hacer su praxis
política, ajustado al afán de escoger lo mejor de todos los sistemas, sin
adscribirse a ninguno (p.159). En tal sentido utiliza el electivismo como
método para analizar la herencia de la tradición filosófica universal y cubana,
en su unidad, superación y ruptura. Y para desarrollar una elección crítica, en
contraposición a los juicios preconcebidos.
Concepción
que define al electivismo asumido por Armando Hart en su vertiente dialéctica.
Es decir, como anota Pérez (2012), la utilidad de realizar “una selección
crítica coherente que apunte a las tendencias y posibilidades de su aplicación
práctica, considerando el carácter mutable de la realidad y el nivel de
relatividad que acompaña a la verdad en cada momento del desarrollo histórico
de las ciencias” (p. 97). Por tanto, su propuesta estuvo orientada a
aportar objetividad y cientificidad a los análisis referidos a la defensa de
los intereses de los oprimidos y explotados, “sin ismos ideologizantes”
(Carreras3,
2017, p. 30). O sea, este método, le llevó a emplear los argumentos
necesarios para oponerse a las teorías hegemónicas. Por consiguiente, Hart
rechaza “la asimilación acrítica de lo que viene de afuera y acepta su
asimilación crítica sobre el fundamento del análisis de las realidades
concretas” (Carreras, 2017, p. 107).
El
electivismo dialéctico distinguió —al decir de este intelectual martiano— la
asunción del marxismo en el caso de Cuba. De este modo señala con fortaleza el
hecho de que:
[…]
quienes entendieron las ideas de Marx y Engels en el sentido cabal, fueron a
sus esencias, las aplicaron a la realidad objetiva concreta que tenían delante
y lo hicieron con inteligencia y sin concesiones, pudieron promover un cambio
revolucionario en la historia (Hart, 2014, p. 74).
Es primordial entonces, a la hora de explicar en las
aulas cómo llegó y se aplicó el marxismo en Cuba, tener en cuenta que el
pensamiento cubano está caracterizado por ser resultado de un proceso de
continuidad y ruptura. Es decir, todo nuestro constructo teórico nacional ha
estado transverzalisado por ideas que buscan dar solución a nuestras
problemáticas epocales, particularmente las asociadas a la dependencia
económica y política y a la aspiración de una sociedad basada en la justicia
social. Una de las esencias del marxismo es que constituye un arma ideológica a
favor de los más humildes y en busca de un ideal social humanista. Por tanto,
no puede establecerse una barrera entre el pensamiento revolucionario nacional
y la teoría marxista. Se trata pues, afirma, de encontrar entre los pensadores
cubanos las esencias del marxismo que le permitieron lograr lo que hasta
entonces había sido una utopía libertaria, es decir, la construcción de un
proyecto socialista que no es una copia del socialismo europeo. De ahí que Hart
(2014) apuntase: “[…] en el pensamiento marxista cubano se encuentran las
claves para no cometer los errores del llamado socialismo real” (p.108).
Para
Hart (2006), el pensamiento cubano es aquel que ha dado respuesta a las
urgencias epocales de la nación. Que además ha estado abierto a todo el
pensamiento universal que le fuera útil para explicar y transformar su realidad
(p. 22). Y hacia donde consideró, debían dirigirse las miradas en aras de
revelar sus particularidades y su valor práctico para llevar a cabo las
transformaciones sociales.
En
la Reforma educacional cubana, que necesariamente debió realizarse con el
advenimiento de la Revolución triunfante, se asume un ideal educativo que
partía de la tradición de lucha y las ideas de los pensadores cubanos, en unión
con lo más universal del pensamiento occidental. Todo ello en función de
desarrollar habilidades que garantizaran la formación de un profesional en
correspondencia con los imperativos de nuestra realidad y de la práctica social
contemporánea. Y en consonancia con los valores morales que deben distinguir al
profesional revolucionario.
Coincidiendo
con Pulido (2018), afirmamos que la enseñanza del marxismo adoleció del
acercamiento al pensamiento cubano y de los seguidores de esta teoría. Es solo
a partir del significado que tuvo en el plano ideológico la desaparición del
campo socialista, que se han dado pasos, aún insuficientes, para incorporar en
el contenido de la asignatura, la temática de pensamiento cubano. Dejando de
lado el pensamiento latinoamericano y buena parte del universal. Por supuesto
con la intención de que estos contenidos sean abordados en el postgrado a
partir de lo asumido como formación continua.
El papel de la subjetividad en la
enseñanza del marxismo en Cuba
La
tergiversación del marxismo por algunos de sus seguidores motivó a Hart a
reflexionar en torno al “determinismo económico”. Interpretación que minimizaba
el valor que los clásicos le otorgaban al papel de la subjetividad para los
procesos sociales. En relación con ello se descubren en el pensamiento de este
martiano, ideas que se revelan como claves metodológicas para la enseñanza de
esta teoría.
Evaluar
la respuesta que Hart da al problema fundamental de la filosofía es, a nuestro
juicio, neurálgico para entender su pensamiento y su praxis revolucionaria. En
tanto, como indica Carreras Varona (2014) esto “le abrió un camino insospechado
al conocimiento humano al ejercicio de la voluntad del hombre” (p.167). El
esclarecimiento teórico sobre los problemas de la identidad entre el ser y el
pensar y de su relación dialéctica es clave en cuanto al aspecto ontológico. La
posición asumida por Hart es materialista. Pero se detiene para esclarecer el
“abismo infranqueable” que algunos seguidores del marxismo habían establecido
entre lo objetivo (materia o ser) y lo subjetivo (espíritu o conciencia)
(p.166).
Para
Hart (Carreras, 2014), el hombre está hecho de carne y espíritu, constituye en
esencia una sola identidad. Por ello consideró que “el debate en torno a lo
primario entre la materia o la conciencia debe superarse resaltando que separar
o divorciar estos dos grandes componentes de la vida es erróneo”
(pp. 166-167). De este modo, reafirma el daño realizado por los marxistas
reduccionistas a la teoría, al divorciar lo material de la vida espiritual.
Convoca entonces a releer a Marx para no pecar de reduccionistas e ignorar que
el materialismo clásico, al valorar los factores subjetivos en los procesos
históricos encerraba una noción ética.
En
función de lo planteado, Hart (2017) asume como esencial la forma en que los
clásicos explicaron el papel determinante de la producción material, sin
desdeñar el papel activo del aspecto subjetivo (p.18). Analiza entonces sobre
una de las tesis fundamentales del marxismo: la relación establecida entre base
económica y superestructura. Para Hart (2005) esta tesis “es la llave necesaria
para abrir el camino del conocimiento científico de la historia de la sociedad”
(p. 4). Alerta que, “en ella está el sustento del equilibrio social y su
coherencia” (p. 6).
Sin
embargo, Armando Hart reconoce que los clásicos, no se detuvieron en
profundizar en el papel de la superestructura y su independencia con respecto a
la base económica. Lo que ha sido señalado por muchos como determinismo
económico. Criterio asumido por seguidores de esta teoría, marxistas
dogmáticos, quienes no reconocieron la relación dialéctica entre estos
elementos y obviaron que su esencia materialista está “precisamente en la
relación causa y efecto y su infinita multiplicidad de interrelaciones” (Hart,
2005, p. 6).
En
función de esto, es importante dejar establecido que Hart no niega al factor
económico como determinante a las formas de la superestructura. Pero considera
importante no subestimar el papel de la superestructura o tratar de forma
anticultural sus complejidades. Profundiza entonces en cómo inciden las formas
de la superestructura en la vida material, y se detiene a explicar la relación
dialéctica de estos elementos como expresión causa y efecto, así como su
vínculo con las relaciones sociales. Convoca a estudiar la complejidad de esta
relación base económica y superestructura para entender los cambios sociales
que urgen a la sociedad en función de la dignificación humana, y los resultados
negativos en la construcción del socialismo.
Lo
anterior llevó a Hart (2005) a considerar lo neurálgico de abordar con rigor el
papel de la superestructura. Asegura, que si bien las condiciones de vida
materiales económicas condicionan los movimientos sociales. […] para
realizarlos se requieren paradigmas culturales […] (p. 13). Es por lo que,
considera lo subjetivo prioritario para asegurar una revolución social fundada
en la justicia, donde es inevitable resguardar los valores sociales y humanos.
Solo respetando esta relación afirma, se asegura la victoria del socialismo
sobre el capitalismo voraz que destruye la humanidad (p.13).
Al
reconocer a la superestructura política, jurídica, ideológica, moral y cultural
como la forma a través de la cual opera la economía, Hart (2005) deja claro el
peligro que entraña subestimar su papel, sus valores o tratar de forma
anticultural sus complejidades (p. 40).
Atender la producción espiritual, un
imperativo contemporáneo
Vinculado
a lo analizado en el subtítulo anterior, se destacan las valoraciones de Hart
sobre la vida espiritual. Tema que motivó la atención del martiano en muchos de
sus escritos, y que está ajustada a las exigencias contemporáneas de explicar,
entender y construir el socialismo. Y que están dirigidas esencialmente a
valorar, a la luz de la teoría leninista de Revolución Social, las revoluciones
sociales en el siglo XX.
Según
Hart (2014), no es una limitación que Marx y Engels no fueran explícitos en
evaluar el papel de la producción espiritual en el proceso revolucionario. Esa
no era su urgencia social. A ellos les urgía revelar el papel determinante de
la producción capitalista en la explotación de la clase obrera. Lo esencial
para los clásicos fue “separar el abismo creado entre la producción espiritual
y lo material” (p. 74), en ello está uno de sus aportes. En reconocer, que
el hombre necesitaba tener satisfechas sus necesidades primarias de vida, para
luego crear la producción espiritual. Valoraciones necesarias en las aulas para
sostener la tesis de que el marxismo no es un dogma y su vigencia.
Magistralmente
Hart (2014) hace uso del precepto filosófico del condicionamiento objetivo de
las ideas para explicar el hecho de que los clásicos del marxismo no se
hubiesen detenido en desarrollar el valor de la producción espiritual en los
procesos sociales. No los crítica, respondieron a una urgencia social de su
época histórica. La actual exige, afirma el intelectual, prestar atención a los
fenómenos espirituales, como cuestión vital para el mantenimiento de los
procesos revolucionarios en sentido universal, y el cubano en particular. Es
una tarea por la que esperan todos los pueblos de América y el mundo
(p. 85).
En
este sentido, Hart centra su atención en temas tan importantes como el
fundamento objetivo de lo espiritual. La necesidad de la utilización de la
herencia cultural de los pueblos en las revoluciones, la importancia de las
utopías libertarias, y la función ideológica del arte.
En
los procesos sociales actuales, afirma Hart (Hart y Carreras, 2014), no debe
desestimarse el valor del legado cultural de la humanidad. El hecho de
tergiversar el legado filosófico, particularmente el marxismo y renunciar a las
enseñanzas de la primera revolución socialista encabezada por Lenin, llevó a
privar a la cultura “de la rica e ilimitada capacidad humana de crear, amar y
soñar”. Así como a la incapacidad de producir los cambios que necesitaba la
construcción del “socialismo real” (p. 74). Ideas en las que, a juicio de
las autoras, refuerza el valor actual del marxismo y de la Revolución
Socialista. Teoría y proyecto social que muestran un mundo mejor, asociado a la
justicia, la dignidad humana, frente a lo que prima y es considerado como
estándar de calidad de vida: la ideología y el modelo económico capitalista.
En
el caso de Cuba, este intelectual es del criterio que la construcción del
socialismo parte de una herencia universal, pero también de una rica herencia
nacional donde convergen las ansias de justicia y el alto sentido de
sensibilidad humana. Por tanto, no concibe antagonismo entre la producción
espiritual nacional y la teoría marxista. Lo que refuerza lo ya abordado sobre
lo imprescindible de actualizar los contenidos de la disciplina del marxismo.
Fue consciente Hart que aún cuando la institucionalización de la enseñanza
nacional tuvo un marcado sustento marxista no era apropiado desechar el resto
del quehacer teórico, particularmente el nacional. Afortunadamente, el hecho de
no prestar atención a las ideas nacionales ha sido superado, y en los programas
de estudio se potencia el tratamiento del pensamiento cubano.
Hart
(2005) reafirma el valor de la teoría marxista acerca de las transformaciones
sociales a favor de la libertad y la conquista de la felicidad (p. 26).
Concuerda con los clásicos que las revoluciones sociales no son hechos
casuales, sino resultado de condiciones objetivas y subjetivas. Advertida ya
por Marx y Engels lo determinante del “ser social”, Hart presta atención a “la
conciencia social”. Particularmente al fundamento científico de la capacidad
humana de producir su vida espiritual. Significando con ello que las utopías
sociales no son producto de la enajenación social y constituyen el impulso a
partir del cual los hombres orientan su práctica humana transformadora.
En
el mismo orden de valoraciones en torno a la producción espiritual se revela en
las reflexiones de Hart (2005) el reconocimiento del fundamento ético de la
teoría marxista como otra de las claves para tener en cuenta. Aún cuando los
padres del marxismo no realizaron amplias reflexiones éticas, lo ético, se
reflejó en la sociedad pensada para dignificar al ser humano. Y en cómo, al
descubrir verdades científicas colocan en el centro de su atención al sujeto,
capaz de transformar su realidad (pp. 48-49).
Idea
que es defendida y desarrollada también por Vázquez Sánchez (2006), destacado
estudioso ético, cuando apuntó:
Si
bien en Marx no encontramos una ética en sentido estricto, como un cuerpo de
verdades sistemáticamente articulado, no se puede ignorar que, a lo largo de su
obra, se encuentran explícitas —para no hablar de las implícitas más
abundantes— reflexiones, afirmaciones e ideas sobre la naturaleza ideológica de
la moral y su carácter histórico social, su vinculación con las relaciones de
producción y los intereses de clase, así como sobre su función en la sociedad,
y particularmente en la sociedad socialista (p. 298).
Hart
(2005) en la crítica marxista al capitalismo y en la defensa de la utopía
social de una sociedad de justicia e igualdad descubre el fundamento ético de
esta teoría. De ahí que afirmase:
Podemos
cimentar la ética a partir del estudio de la plusvalía, y colocar como piedra
esencial de una moral ciudadana el honor del trabajo; otro elemento a destacar
es la disposición humana para asociarse con el objetivo de forjar una sociedad
enriquecida material y espiritualmente. Constituyen valores fundamentales de la
ética: exaltar el honor del trabajo y la vocación social del ser humano (Hart,
2005, pp. 48-49).
La
idea anterior se reitera en la obra del pensador cubano. Pone al descubierto la
crítica que realizan los clásicos del marxismo al sistema capitalista.
Descubren el cimiento inmoral de la propiedad privada y de la plusvalía, y
fundamentan el valor moral de la propiedad social y con ella de los valores del
socialismo: el amor al trabajo y el colectivismo. Refuerza Hart (2017), la
interpretación marxista de que “la lucha en favor de los pobres”, es “la pieza
central de la ética universal”. Solo así afirma, podrá “comprenderse la
verdadera dimensión y el alcance de los grandes errores que tuvieron lugar bajo
la bandera del socialismo en el siglo XX” (p. 43).
Esta
mirada favorece que, en las aulas universitarias, el docente promueva
intercambios en los cuales se debata sobre el escenario sociopolítico actual.
Potenciando en los educandos una posición crítica objetiva sobre la realidad
cubana y el valor del proyecto social socialista. Pertinente en tiempos donde
se minimiza el valor del socialismo y se ensalza el capitalismo. Contribuyendo
a la formación de educandos en correspondencia con los imperativos de nuestra
realidad y de conformidad con los valores morales que deben distinguir al
profesional revolucionario.
Cabe destacar que la ética se constituye en uno de los
pilares del pensamiento de Hart. Sus análisis sobre el papel de la eticidad en
el proceso histórico cubano y en el pensamiento nacional llevan a entender por
qué, a su juicio, en la moral está el fundamento de la existencia humana. Pero
solo si se asumen los postulados éticos más humanistas que conduzcan a un decir
y un hacer en función de la redención universal del hombre. Es decir, para Hart
(2005), “el sentido de la vida del ser humano está en su pasión por la verdad
científica y la justicia entre los hombres” (p. 87).
En
el caso de la experiencia cubana, Hart (2014) identifica a Fidel Castro como el
marxista más completo. Considera que en él se sintetizan los principios éticos
más revolucionarios y humanistas del siglo XX. Convoca entonces a estudiar el
pensamiento y el accionar del líder histórico de la Revolución Cubana. Portador
de un pensamiento síntesis de la eticidad universal de América y de Cuba. Quien
en su praxis política reconoció el papel determinante de los factores morales
para alcanzar y defender las conquistas sociales (p. 58).
Con
respecto a las reflexiones sobre lo ético se debe resaltar lo oportuno de ellas
en la formación de los profesionales cubanos. Teniendo en cuenta que la
formación universitaria cubana tiene un carácter fundamentalmente humanista. En
tanto está dirigida no solo a formar competencias profesionales, sino a formar
valores que definan a un mejor individuo, comprometido con la especie humana.
En correspondencia con el objetivo primordial que declara Hart para el sistema
educacional cubano:
Educar
para una sociedad democrática, para un pueblo libre preparar a cada individuo
para pensar por sí mismo. Si nuestro primer deber es garantizar la libertad,
protejámosla de la ignorancia, de los prejuicios y de los miedos, que tienden a
detener o a desviar la marcha del hombre hacia el mundo realmente libre
(Carreras, 2017, p. 593).
A
partir de lo anterior, Hart manifiesta otra clave para tener en cuenta en la
enseñanza del marxismo, en este caso la relación que establece entre cultura y
política. Que descubre como una de las particularidades de nuestro constructo
teórico, y a partir de la cual se fundamenta su concepción de “política culta”.
La que, como apuntó, es herencia legada desde los padres fundadores de la
nación hasta Fidel Castro: “Félix Varela nos enseñó en pensar; José de la Luz y
Caballero, nos enseñó a conocer; José Martí, nos enseñó a actuar, y Fidel
Castro, nos enseñó a vencer” (Hart, 2014, p. 58).
Visceralmente
martiano, Hart (2018) entiende la política como “sensibilidad ante los
problemas de los demás, la política como el arte o la capacidad de llegar a los
demás, la política como la identificación con las aspiraciones y los objetivos
del pueblo […]” (p. 91). Asumir esto lo llevó a desarrollar una concepción
y una praxis política que está en correspondencia con lo establecido por Max
Weber (2000) como un intelectual y “político de vocación” (pp. 21-23).
Por
lo anterior, Hart (Carreras 2018) introduce el tema de la cultura para
significar el papel de la subjetividad en la política. Insiste en advertir que
“[…] la cultura no es asesoría a la vida del hombre, está comprometida con el
destino de la humanidad y situada en el sistema nervioso de las civilizaciones”
(p. 36). Basada en las amplias posibilidades de alcanzar la dignificación
humana a través del vínculo entre la cultura y la política. Advierte que, ante
los nuevos contextos, “la necesidad de la unidad de nuestros pueblos es tan
profunda que no se manifiesta por la vía política, sino por las vías
culturales” (p. 174).
En
relación con esto, Armando Hart desde su cargo como Ministro de Educación del
Gobierno revolucionario, expuso en el mensaje al pueblo cubano: “[…] en un
sistema político en que la dignidad moral de la persona humana representa su
fin más alto, la acción política, singularmente en el orden económico, y la
acción educativa, se complementan como factores correlativos de un proceso
integrador, tendiente a elevar los niveles de vida del pueblo” (Carreras, 2013,
p. 313).
Las reflexiones de este marxista consecuente demuestran
que el análisis de la cultura requiere no hacer abstracción de su dimensión
ideo-política, porque eso sería obviar la finalidad de su función
transformadora. En este sentido, Hart (Carreras, 2018) afirmó: “[…] todo el que
asuma desde la política la defensa de la soberanía y las transformaciones
sociales en nuestros pueblos y países a favor de la justicia para todos tiene
que ser un fiel defensor de los propósitos culturales a más largo alcance” (p. 21).
De ahí que defendiese la ideología socialista, pues “[…] lo que trata es de
ampliar la libertad, de ampliar la democracia y de profundizar en el campo del
arte” (p. 81).
Estas reflexiones son opuestas a la falsa concepción de
neutralidad política del arte. Según Hart (Carreras, 2018) existe un “nexo
sutil, dialéctico y consiguientemente contradictorio entre el arte y la
política” (p. 90). Lo que emerge durante todo el desarrollo histórico de
la humanidad. Donde, al decir del intelectual, se advierte el papel político e
ideológico del arte, como “forma de expresión que facilita la trasmisión del
mensaje ideológico” (p. 97).
Todo
lo anterior ronda en torno a la idea que ya hemos expuesto en este artículo. La
importancia que Hart da a la subjetividad en la construcción del socialismo,
vinculado a cuestiones relacionadas con el ideal de la cultura de hacer
política. Particularmente cuando evalúa el caso Cuba. Donde afianza que deberá
enseñarse a profundidad el legado cultural de la nación que acompaña nuestro
proceso político. La conjugación de este legado con la tradición del
pensamiento marxista posibilitará formar una aptitud crítica sobre fuertes
bases culturales y científicas que permitan la defensa de nuestra identidad
nacional.
Todo
lo abordado por Hart sobre la relación política-cultura es contenido esencial
de la Teoría Política. El pensamiento de este intelectual es de obligada
referencia en esta asignatura. En tanto ofrece un sistema de ideas acerca de la
política, desde un enfoque marxista leninista, que revitalizan y actualizan
este contenido. En sus ideas se sostiene el carácter objetivo y clasista de la
política, su relación con la lucha de clases, la participación política, la
socialización política, la cultura política, la democracia, entre otros
aspectos. Es mucho más útil si se tiene en cuenta que lo hace enjuiciando la
realidad nacional y los movimientos de izquierda en el siglo XX y XXI. Sus
análisis no son contemplativos, su crítica no es para nada contrarrevolucionaria.
Está dirigida a revelar esas deficiencias que quebrantan el ideal socialista.
Para
interpretar los procesos sociales, la historia de la humanidad Hart (2014) nos
insta a comprender la dialéctica del conocimiento. Solo una reflexión
dialéctica de la historia posibilita sustraer de ella las vías para construir
mejor el futuro. Convoca a promover una cultura crítica acerca del desarrollo
de la ciencia, que se contraponga a la adopción de modelos o esquemas rígidos
en la vida social. Lo cual conduce a otra de las claves a tener en cuenta en la
enseñanza del marxismo: el reconocimiento del carácter relativo de todo
conocimiento. En ello está implícito el valor práctico revolucionario del
materialismo de Marx y Engels. Lo que expresa de la siguiente manera:
Ni
negar las posibilidades de nuevos conocimientos ni elevar las verdades
descubiertas a la categoría de valores absolutos e inmutables. El conocimiento
de hoy contribuye a forjar el de mañana, como el de ayer hizo posible el de
nuestro presente. Es en la cadena y el proceso mismo de conocer donde se haya
lo verdadero, es en la relación causa-efecto y sus posibilidades de
entrelazamiento donde se encuentra la esencia de la gnoseología de Marx (p.79).
En
toda la obra de Hart este alude a lo obligatorio del estudio de los procesos
sociales ocurridos en todo el desarrollo de la humanidad. Pero no solo de los
más universales, sino de las etapas de luchas llevadas a cabo por cada uno de
los pueblos. Pues, la verdad del presente es resultado de toda la historia
nacional y local. Es decir, para explicar el presente y proyectar el futuro hay
que conocer el pasado.
Por
tanto, volvemos al punto en el que hace referencia Hart a la importancia de la asunción
del marxismo-leninismo a partir de la conjugación de la cultura universal, con
la política y el sentido ético de la vida. Lograr un mundo mejor requiere de no
obviar los fundamentos éticos del movimiento humanista y de liberación
universal que se creó con el marxismo. Esta fue y ha sido siempre la posición
asumida por el pensamiento cubano con respecto a la teoría marxista. Hemos sido
capaces de guiarnos por sus métodos de análisis histórico para conquistar
nuestra realidad. Armando Hart (2014) lo subraya así:
Los
cubanos asumimos los descubrimientos científicos, económicos y sociales de
Carlos Marx desde la cultura espiritual y ética de nuestra América. Nos guiamos
por el pensamiento de Marx, porque sus aportes y su sentido humanista universal
—punto de partida de la ética socialista— nos sirvieron para interpretar la
historia humana, nos brindaron claridad en el estudio de la evolución económica
y social de Cuba y América Latina, nos dieron los métodos de análisis histórico
para confirmar la raíz popular de nuestro patriotismo […] (p. 88).
En
la Cuba actual, como señaló Díaz Canel (2022), Presidente de la República, se
es consciente que el marxismo se fundió con la sólida tradición política
heredada de las luchas libertarias (p. 4). Lo que ha permitido la
consolidación de una concepción socialista con sólidas bases científicas. La
misma que, por medio de la práctica revolucionaria, logró crear una sociedad
humanista y de justicia social. Ratifica esto el valor metodológico de tomar
las lecciones que nos brinda la historia. Para alcanzar un futuro mejor, es
necesaria la aplicación objetiva y concreta de cada conocimiento adquirido de
la historia. Por supuesto, siempre teniendo en cuenta su condicionamiento
económico. Actuar así le otorga a este proceso variedad de posibles resultados
prácticos a partir de los cuales se conforma la historia real.
Todo
esto indica que los horizontes educativos de nuestra nación cuentan con
concepciones fundamentadas en un saber crítico, auténtico y profundamente
humanista. Las que constituyen herramientas en el proceso de enseñanza del
marxismo. Dígase potenciar la enseñanza desde posiciones antidogmáticas,
reconocer el papel activo de lo subjetivo en las transformaciones sociales, el
carácter objetivo de las utopías y de los movimientos sociales para promover
cambios prácticos y duraderos. Así como el valor de la conciencia humana,
agente fundamental de la práctica social, y de la ética en la lucha
revolucionaria, liderada por la clase obrera para vencer las desigualdades
sociales.
Todas ellas aportan al proceso educativo la posibilidad
de traducir los problemas emergentes que enfrenta la humanidad. Puesto que la
enseñanza debe convertirse en un proceso de formación de profesionales con alto
sentido universal, preparados para enfrentar nuevos contextos y retos.
Conclusiones
Lo valorado hasta aquí permite afirmar que resultan aún
insuficientes las vías y métodos utilizados para dar cumplimiento a la misión
social de la disciplina del marxismo en la Educación Superior cubana. De ahí
que este trabajo sea un llamado a los esfuerzos científicos sistematizadores
del pensamiento nacional, donde están los fundamentos históricos e ideológicos
del proyecto social cubano. Resultados que, incorporados en la docencia
universitaria, contribuirían a formar sujetos transformadores de una realidad
que reclama trabajar en función de la supervivencia de la especie humana.
Las
ideas marxistas de Armando Hart Dávalos constituyen valiosas herramientas para
cumplir con la misión social de la disciplina del marxismo de potenciar en los
futuros profesionales un pensamiento crítico y una praxis social comprometidos
con las urgencias sociales contemporáneas.
En
este resultado científico se identifican como claves metodológicas que en
calidad de recurso educativo contribuyen a motivar, dinamizar y actualizar la
disciplina del marxismo las siguientes: el reconocimiento de la esencia
antidogmática del marxismo, el electivismo cubano como instrumental
teórico-metodológico, la explicación al problema fundamental de la Filosofía,
la argumentación del papel determinante de la producción material, el
fundamento ético del marxismo, el reconocimiento de la relación dialéctica
entre la vida material y la espiritual, la incidencia de la espiritualidad en
la vida política, la relación entre cultura y política, y la relatividad del
conocimiento asociado a la comprensión de los procesos políticos y sociales.
Notas
1 La cita ha sido tomada de un material
inédito que guardan las autoras con el título “Antonio Maceo: una breve mirada
a las premisas filosóficas de su pensamiento y otras determinaciones”. Ellas
preparan un libro sobre los estudios del José Antonio Escalona Delfino,
Profesor universitario que realizó indagaciones científicas al pensamiento
maceista, utilizando presupuestos históricos filosóficos. Un resumen del
artículo se encuentra publicado en la revista Santiago,
No. 120, 2009, pp. 26-42.
2
Ver a Bueno (2022, pp. 95-96)
quien explica en la introducción de su artículo lo que se entiende como
hermenéutica y su validez para estudios como el que se propone.
3
Eloísa Carreras Varona es la albacea de
los documentos de Armando Hart. Dirige el proyecto Crónicas, que publica, bajo
su autoría la complicación de la documentación de quien en vida fue su esposo.
Apoyos y soporte financiero de la
investigación
Entidad:
Universidad de Oriente
País:
Cuba
Ciudad:
Santiago de Cuba
Proyecto
subvencionado: Pensamiento, Cultura, Economía e Historia.
Código
de proyecto: 9469
Este
artículo es resultado del tema de investigación La
relación ética, cultura y política en el pensamiento de Armando Hart Dávalos, realizada
para optar por el grado científico de Doctor en Ciencias Filosóficas. Adjunto
al Programa Doctoral en Ciencias Históricas y Filosóficas de la Universidad de
Oriente. Santiago de Cuba, Cuba.
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Notas
del autor
[i] En el 2006, culminó sus estudios de
Licenciatura en Filosofía Marxista Leninista. Alcanzó el título académico de Máster
en Estudios Cubanos y del Caribe en el 2019, con la tesis La
tradición ética decimonónica cubana en la obra Ética, cultura y política, del
Dr. Armando Hart Dávalos. Actualmente es profesora auxiliar de la
Universidad de Oriente. Sus resultados investigativos han sido publicados en la
revista Santiago, en la Revista Caribeña de Ciencias Sociales, Griot, revista
de Filosofía.
[ii] Se doctoró en el 2014 en Filosofía con la
tesis Antonio Maceo Grajales y el pensamiento ético cubano
del siglo XIX. Aproximación conceptual. Es investigadora titular y
secretaria del Programa Doctoral en Ciencias Históricas y Filosóficas.
Actualmente es profesora titular de la Universidad de Oriente. Sus resultados
investigativos han sido publicados en las revistas Del Caribe, Santiago, Revista
Caribeña de Ciencias Sociales e Islas. Así como en libros formando parte de
colectivo de autores y autora principal.